BAJORRELIEVE
EN SU VIAJE DE VUELTA A ÍTACA, ULISES SE ENCONTRÓ CON LAS SIRENAS.
SU CANTO ERA TAN BELLO, TAN IRRESISTIBLE QUE ATRAÍA A LOS BARCOS HACIA LAS ROCAS, DONSE SE DESTROZABAN Y SE HUNDÍAN.
ULISES TAPÓ LOS OIDOS DE SUS HOMBRES CON CERA Y PIDIÓ QUE LO ATASEN AL MÁSTIL DEL BARCO
CERÁMICA
MOSAICO
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